"La primera vez que lo conocí" diría Joe en uno de sus diálogos. Así empieza mi historia, un amigo vivía cerca de mi casa, a dos cuadras, tú tan amigo de él desde los trece años, ibas por mi casa, me gusta imaginar que alguna vez tropezamos por alguna calle, tú con pelo largo, ondulado, yo con mis rodillas delgadas y mi cola de caballo. Quizás pasamos el pozo del diablo, nos entretuvimos viendo una rata como se metía por los pozos llenos de moho. Bueno pero se supone que debo de contar lo romántico de la historia. Tan cercanos desde los 13 años y tan lejanos. Si no ha de ser porque el papá de tu amigo salía con tu mamá, quizás nunca nos hubiéramos conocido.
Pasé la primaria, secundaria, prepa, normal, sin saber que andabas cerca de mi casa. Luego cuando entro a la facultad en los últimos semestres, conocí a mi vecino, sin saber que vivía a dos cuadras. Pláticabamos de unas historias similares de cuando él se hizo socorrista (igual que tú), cuando entraron a la misma prepa (donde yo hice mi servicio social) y yo sin saber de ti.
Después de unos años mi amigo y yo hicimos buenas amistades, aunque había espacios largos que no nos veíamos.
Mi amigo me invitó a su fiesta de cumpleaños, ahí te conocí. La primera vez que te conocí, yo traía issues emocionales, salía con un chico, que fue desapareciendo. Me pareciste algo raro, con un pensamiento divertido, inteligente, que podías hablar de literatura sin problema alguno, también podías imaginar cosas irreales, de esas con las a diario bromeo. Sin sarcasmo, eso me lo llevo yo.
Me pediste mi correo, así como no queriendo la cosa, yo no me sentí intimidada te lo di, no me imaginaba los planes que teníamos juntos. Platicábamos por el msn, de pensamientos profundos y que no podíamos compartir con cualquiera. Después de dos años de tener una amistad por correo, un día me dices hacer un viaje.
Me invitaste a comer a la Langosta, acepté, raro, era diciembre como hoy. Te volví a conocer, eras realmente bueno en tu platica y gracioso. Después de años me confesaste que esa vez habías comido poquito para que no me asustara jaja, ahora haber si dejas bocado en el plato.
En el viaje, dormimos en el coche, era un campamento que definitivamente yo no llevaba casa de dormir y la tuya la habías olvidado en tu casa, fue a propósito? dormimos uno en cada sillón, tenía miedo de ti, tenía miedo sentir. Por la mañana el coche estaba todo ahumado por el vapor, hacía frío, fuimos al río, tiempo después me confesaste que me querías besar. Después en enero frío seguíamos saliendo, hasta que te pregunté ¿qué somos?
Nos pasábamos horas platicando, diciendo, había veces que no me quería ir, viendo películas, escuchando música, un día me pediste que me quedara para siempre y aquí sigo.
Hemos perdido mucho, pero nos hemos ganado uno al otro, todos los días me despierto pensando en lo maravilloso que son estos momentos.
Nos conocimos en el momento preciso, a veces siento que debí conocerte antes, cuando tenías 17 pero que el tiempo es justo.
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