miércoles, 19 de noviembre de 2008

acta de nacimiento

Ayer fui a corregir un acta de nacimiento, la fecha decía dos días después del nacimiento usual. El acta era de mi madre. Ahora resulta que su abuelo se llamaba Dionisio, seguro se divertía seguido en esas bacanales, y también le entraba sabroso al vino y esos manjares.
Mientras yo hacía fila, llega una señora preguntando si era el lugar para hacer correcciones, efectivamente ahí estábamos. La señora dice gritando "es que en el acta de mi hermano se equivocaron y le pusieron 1854" que me tiro la carcajada y volteo a ver a la chica de al lado, también se ríe y murmura "no puede ser". Imagínate el hermano, un año mayor de la señora había nacido en 1854 ja, era Mun-ra o qué rollo? me ataqué de la risa cuando en eso dijeron el nombre de mi madre.

Es posible que yo pueda tener dos fechas de cumpleaños y que la persona nacida en 1854 todavía esté viva, no? (pregunto)

maga

domingo, 16 de noviembre de 2008

tiempos equidistantes

hoy que son las 4am en mi país, en el tuyo quizás casi mediodía, me pregunto qué estarás haciendo? es raro saber que el tiempo no es el mismo, pero esto nos da la pauta para saber que el mundo sigue dando vueltas. qué pasará con los años que vienen? nos volveremos a topar en alguna vuelta?
he estado a punto de llamar a un número sin saber si me respondes, es más no sé si pueda comunicarme, en tu planeta existiraá el teléfono? en tu mundo existiré?
me lleno de tristeza sólo en pensarlo.
besos, es lo único que te dejaré en el contestador.
maga tremendamente escribiendo.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Árboles frutales

Antes podíamos decir que en nuestro patio había árboles de frutas, las consumíamos o las dejábamos que perecieran. Ahora sólo te remites a decir en mi patio ya no hay tierra, sólo concreto. Donde quedaron esos años cuando comía, la cosecha de duraznos en almíbar. Me recuerdan a mi infancia. Un día fuímos a visitar a un familiar, una casa oscura, con una luz mortecina color amarilla, ventanas llenas de tierra, las paredes eran de madera y ella (una persona extraña para mí) nos regaló dos frascos de duraznos, esperaba llegar a casa despierta para poder comerlos; el sueño me venció. Pero a la mañana siguiente fue el desayuno.

Ahora el asfalto se comió a la tierra. No puedo conseguir a una persona que en su casa tenga un árbol de duraznos.

jueves, 6 de noviembre de 2008

ausencia de todo

Y a veces crees conocer a las personas, cuando realmente un día deciden desaparecer de tu vida y sólo queda el recuerdo de unas maletas en la puerta, una mano agitándose para decir adiós y una lágrima que no quieres que resbale.

Así me encontraba yo, pero mi escenario era distinto, me alejaba con una maleta en la mano y una sobre la espalda. No volteaba para evitar decir adiós. Mientras él se quedaba debajo de una farola a media luz, con un gato merodeando y una mujer enfrente de él.
Es triste, pero a la vez es un alivio, saber que todavía tengo alas para volar y ser libre nuevamente. Ahora después de meses lo escribo, ahora que ya no duele y que el pasado queda a mi espalda, lo bueno de todo esto es que no tengo ojos en la nuca. Así no podré verte intentando olvidarme o probablemente pretender llorar.

Hasta pronto. Se abre una nueva página.

Besos.