Ayer mientras leía a Joyce Johnson (una de las novias de kerouac) algunas fibras de la sensibilidad se vertieron en toda su plenitud.
Hoy,
Tengo la televisión como despertador, cuando abrí los ojos vi el azul más hermoso que jamás había visto, era un azul terciopelo, un azul amable, ya no era el color violento de las balaceras de todos los días, sangre pululando entre los muertos, entre víctimas inocentes de enfrentamientos absurdos.
Y me da pena ver que en mi ciudad pase esto, "que nos estemos acostumbrando a verlo", que sea el pan de todos los días. Si veo alguna patrulla, no sé si pararme, avanzar o dar la vuelta, no sé si la policía es buena o mala o que rol juega? no sé si la marcha del domingo (convocada por el gobierno ) sea una estrategia más "¿y si nos matan a todos juntos gobernador? " " o sólo es para decir mira, yo salgo a la calle todavía, me puedo rodear de personas" "¿y si nos matan?"
Esperaré que el azul del cielo me reconforte, ya no quiero esta violencia, ya no quiero escuchar el helicóptero de la marina (y el mar queda tan lejos) encima de mi casa, con sus colores verdes y el zumbido de sus hélices. Quiero volver a dormir tranquila, despertar con el azul hermoso del cielo, y quedarme en la sensibilidad de un día anterior.
maga con apellido miedo de las balaceras.
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