viernes, 23 de abril de 2010

marcha 23 de abril NI UNO MÁS

Este es mi país, un lugar donde las personas matan por poder, por territorio; es instinto animal que el hombre primitivo contiene en su ser, por ello no puede dejar de ser bestia.
Cansada de los tiroteos, con el hartazgo de por medio. Ayer vi la luz encendida en mi cara, mientras un soldado me cuestionaba por qué pasaba por una calle, mi rostro de temor trataba de indicar que por esa calle vivía.
Hoy he ido a una marcha a favor de la paz, he gritado “ni uno más” pero entre más fuerte salía de mi garganta, más era el coraje, el temor de que nos toque estar en una balacera. Dice un buen amigo, al que estimo mucho, que los héroes nacen cuando les tocan a alguien querido; yo por ningún motivo quiero serlo, ni pretendo siquiera, pero no puedo dejar de gritar un ¡Basta! Un alto. Mientras la marcha se desenvolvía en dos bandos: los estudiantes de clase burguesa, que posteriormente al mitin me topé en el oxxo diciéndose entre sí “mañana cumple mi mamá años, y no sé si regalarle el jersey Prada que vi o….” platica interrumpida, compré mis cigarros que hoy en día me cuesta mantener mi vicio y me marché. El segundo bando, los chicos de la universidad pública que no el recelo gritaban con sus fauces grandes frases hacia la burguesía; jodidamente estamos todos he pensado.
Solo me queda pensar, si han sido estudiantes los caídos, quién aboga por aquellos que no sabemos sus nombres, aquellos que han muertos como civiles comunes, que por estar en un lugar y momento equivocado se los han cargado. ¿Quién responde por ellos?
Nos estamos acostumbrando a estas aberraciones, a estas matanzas, ahora ya nadie se sorprende si en la noche anterior hubo cinco balaceras en menos de una hora, quizás por el mismo hartazgo ni siquiera lean este comentario. O hay quienes ya ni siquiera queremos ver la tv por las noticias que vivimos, queremos tener episodios de novelas enajenantes que nos distraigan de esta realidad.
Y no escribo esto porque anoche tuve miedo. Sí que lo tuve. Tampoco fui a la marcha por solo obtener fotos, sino porque realmente quiero que exista un cambio, ¿cómo lograrlo……… dejo mi pregunta abierta para tratar de responderla.

jueves, 22 de abril de 2010

todo bien, todo tranquilo

Ahora me siento a escribir, delante de un monitor, donde dejar el dolor, los pensamientos, los aburrimientos, dejar todo mi ser.
Mi vida está tranquila Tristessa (la bella dama) se ha ido. Sin embargo, la extraño pareciera que ella mi área de confort, donde me gustaba estar, esperando. Yo sentada en mi sillón rojo, fumando y ella cantando alguna rolita de Vegas o de bunbury las más tristes.
La semana pasada tuve una semana agitada, como chiva loca, planeando, viendo los futuros planes de diciembre. De pronto me caigo, veo lo temible que puede ser una caída, todas las consecuencias y realmente me siento enlodada por poner mi propio pie para tropezar...
Quizás he comenzado mal el día, pero al salir de acá me da miedo, regresar a mi cuarto, con cortinas negras, una cobija destendida y la humedad que se acumula.
regresaré a pintar, esta tarde será diferente. Voy a leer un poco y esperar que el sueño no me gane. Necesito voluntad, seguir con los pendientes, una tesis atrasada que me mortifica y no me deja avanzar y si avanzo después de eso, qué?
no tengo una crisis, estoy bien, solo que me gustaría tener más tiempo libre. Ahora he dibujado un árbol lleno de aves, que vuelan hacia el exterior: libertad.
solo es eso. solo eso.

lunes, 19 de abril de 2010

sueños de fantasmas

he soñado con fantasmas, en los últimos meses he soñado cuatro veces con seres muertos, desconocidos, que no son personas ni tampoco zombies (estos últimos me dan miedo). Las condiciones siempre son las mismas, duermo durante todo el día, y ya por la noche batallo para conciliar el sueño, termino durmiéndome en la madrugada. Pero los sueños comienzan con referencias de los fantasmas, luego en uno o dos sueños se me han aparecido caras difuminadas, personas con cuerpos incompletos, en forma de humo, etc. son variables mis fantasmas.
Es raro, aunque anoche si me asusté mucho, pero mucho, había una casa en medio de un rancho y yo tenía que quedarme en ese lugar sola, de pronto aparece un policía y me cuenta que ahí espantan, que él ya se iba al cabo yo estaría cuidando el lugar. Me indica una puerta, la señala y mueve la perilla "escuchas maga, si escuchas, se oyen ruidos ahí adentro" hay fantasmas. soltó de pronto la perilla de la puerta y ésta empezó a temblar, se encendió una luz amarilla adentro y se escuchaban ruidos, ecos, niños, aullidos. Me tapé los oídos, la casa estaba oscura, bajé unas escaleras que antes no estaban y salí corriendo de la casa oscura, se suponía que era de noche pues yo ya me iba a dormir, pero afuera todavía había luz.
Desperté!

ahora si que me da miedo dormir!

viernes, 9 de abril de 2010

personajes secundarios joyce johnson

La vida se vincula de maneras tan extrañas, hay autores que te persiguen toda la vida y se convierten en tu sombra o tú te conviertes en su sombra. Por fin terminé de leer a Joycey, exquisito libro autobiográfico, relata la relación que tuvo durante dos años con Kerouac, la ferviente sombra del noviazgo. Aunque por el contrario la chica relata sus episodios siendo ella el personaje principal y kerouac el secundario; cuando me acerqué al libro pensé que sería al revés pues en la portada aparece una foto de kerouac y ella en un slightly out of focus se encuentra atrás, en un segundo plano.



Entre líneas, el libro me reveló grandes secretos, mi relación con Robert Frank, la loca persecución de T.S. Elliott, este último ya se había manifestado en diferentes ocasiones, de tal manera que ando buscando algún libro para que deje de perseguirme. Este ardiente acosamiento me ha impulsado a buscar morbosamente en la red datos sobre él, pero debo de calmar mi ímpetu.


Volviendo a joyce, terminé el libro unos minutos después de pasar el túnel de R14, regresaba a mi ciudad, leí con calma las últimas páginas antes de pasar el túnel, pidiendo que la oscuridad me dejará ver las letras, cerré mi libro y espere la claridad, ya en el autobús terminé las dos páginas restantes. Mi libertad se vislumbró, la satisfacción de leer el último renglón se notó en mi rostro, pero me quedó el deseo por seguir investigando sobre la autora, sobre los personajes secundarios que se mostraron en el relato.



referencia:
Johnson, Joyce (2006) Personajes secundarios. España: libros asteroide