domingo, 25 de mayo de 2008

y aún

Comencé a caminar cuando mi madre me soltó de la mano, aunque repetidas veces pensé que lo había hecho desde el vientre materno. Me soltaron de la mano y corrí, incluso aprendí a volar, volé sobre montañas de color azul, parecía olas desde arriba. Cada noche observaba la ciudad con sus tremendas y diminutas luces color amarillo me acercaba como si yo fuera la luciérnaga maravillada que esperaban.
Cuando crecí, perdí la habilidad de volar, mis alas se deshicieron al punto en que sólo me quedaron pequeños brazos que ni se agitan... extraño volar...
Fui creciendo, camino, corro y el volar ha quedado en tristes recuerdos de la memoria... ahora sólo vuelo con el pensamiento.

7 comentarios:

Viajera Infinita dijo...

hola! pues teniendo buen gusto muscial claro! te puse en mis links!

cambiando un poco de tema tu escrito me recordo que no recuerdo ciertas cosas importantes o bien en fin me dejo pensando muchas preguntas que mañana ,quizas hare

saludos seguimos en contacto

LaMar dijo...

Alas... hay días en que estando acostada en la cama siento cómo me elevo (sin porros, sin yote, sin nada) y puedo sentir (esto ya en sueños) cómo me van saliendo un par de alitas muy blancas, y veo cómo van creciendo. Y vuelo, vuelo libremente y sin miedos. Sin miedo a nada.
Bueno, el punto es que al despertar me queda la sensación de tener alitas y te juro que puedo sentir el movimiento.
Y no sabes lo feliz que me siento, porque recuerdo que era uno de mis sueños de niña: volar.

Tú sigue con la idea fija de que un día, un día, con ayuda de la tecnología, podrás sobrevolar esas montañas azules, y verás esas pequeñas luces desde lo alto. Tienes que seguir siendo luciérnaga.

Un abrazo desde mi show.

eu dijo...

¿Pero hubiera sido encontrarte con alguien parecido a Freud y que te hubiera reconocido?
Yo me quiero encontrar con alguna sombra de Syd Barrett y que me susurre alucinaciones britanicas!

Nos conocemos?

Jesica Acosta dijo...

has pensado en ir al centro-sur de la república y alquilar uno de esos viajes en globos aerostáticos?

jajajajajajajjaja lo siento, no pude evitarlo....

sabes, regrese a patzcuaro esta primavera, y es que ese pueblito mágico es el que me hace sentir que puedo volar y que todo lo demás no existe.

por cierto: ciao rox!
soy jesica acosta :)

Anónimo dijo...

Interesante...

Aquí aplica digo yo "Enseña más la necesidad, que la universidad" ;)

Anónimo dijo...

¿por qué desear lo que nos es imposible? ¿por qué una ciudad llena de diminutas luces esperaría a una luciernaga? ¿por qué extrañar un vuelo que sigue en el pensamiento del que nunca salió? Quizá debamos recurrir a Freud para que nos lo explique...

Maga dijo...

Anónimo:
Creo que lo imposible sólo nos limita como seres humanos... por qué no intentarlo de otra manera. Las luciérnagas también se convierten en luces.Quizás la imaginación sea más prolífera en épocas de caos y sea el único sustento para sobrevivir. Por qué no cortar el cordón umbilical de personas que dictan profecías desde hace 50 años... por qué no reinventarlas? y por qué no revelar tu identidad?

maga la rayuela, digo la de rayuela